Me gustaría que todo esto acabara con un final como el de las novelas que escribo, donde saco el valor necesario para invitarla a su siguiente café con moca. Pero me sorprendo cada mañana aquí en esta misma silla escribiendo las mismas patéticas líneas sobre lo mucho que me gustaría saber más sobre ella.
Un día podría dejar de frecuentar este sitio, un día podría aparecer agarrada de la mano con alguien que no soy yo. Y espero que antes de la llegada de ese momento, nuestras miradas ya se hayan cruzado. En vez de pedir algo para llevar, se sentará a mi lado y juro que aprovecharé esa oportunidad. Con cualquier estúpida excusa conseguiré que centre su atención en mí y no pueda dejar de mirarme. Cada mañana se dará cuenta de que estoy aquí y se repetirá lo mismo, hasta llegado el día en el que la llevaré a dar una vuelta por el parque y pasemos a compartir algo más que unos minutos en común dentro de una cafetería.Algún día todo eso saldrá de mi mente para formar parte de mi realidad. Y hasta entonces... Mírala. Acaba de entrar por la puerta




1 comentario:
Muy bien
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